viernes, 22 de mayo de 2009
Al- Andalus
Durante la Edad de los Metales se caracteriza por el invento de la fundición de los metales, que fue introducido en Andalucía por pueblos del Mediterráneo oriental. La introducción de los metales en la tecnología supuso un importante avance en las fabricación de herramientas para la labranza, caza y pesca, así como para la guerra. La especialización en las herramientas fue tal que se llegó a la división en el trabajo, favorecida por el excedente de producción en la agricultura y que provocaría la primera estratificación social en distintos grupos. Otro de los cambios importantes producidos en este período fue el desarrollo del transporte y el comercio, debido a la localización de los yacimientos metálicos y a su transporte hacia las zonas del arco levantino mediterráneo. El Mediterráneo se convirtió en el eje principal de comercio lo que provocó una intensificación de todo tipo de relaciones y una irradiación más rápida de los avances técnicos y los intercambios culturales que precipitará la entrada de Andalucía en la fase protohistórica.
La Edad de los Metales suele dividirse en tres etapas, utilizando como nomenclatura el nombre del metal utilizado en cada una de esas fases: La Edad de Cobre, la Edad de Bronce y la Edad del Hierro. En Andalucía durante la Edad de Cobre se desarrollaron una serie de importantes culturas como son la Cultura megalítica, la de Los Millares, la del Vaso Campaniforme, la de El Algar. En el Hierro, con la llegada de los pueblos colonizadores, se desarrolló la importante civilización de Tartessos, con la que Andalucía entró en la Protohistoria.
Cuenco de los Millares.
La Edad de los Metales suele dividirse en tres etapas, utilizando como nomenclatura el nombre del metal utilizado en cada una de esas fases: La Edad de Cobre, la Edad de Bronce y la Edad del Hierro. En Andalucía durante la Edad de Cobre se desarrollaron una serie de importantes culturas como son la Cultura megalítica, la de Los Millares, la del Vaso Campaniforme, la de El Algar. En el Hierro, con la llegada de los pueblos colonizadores, se desarrolló la importante civilización de Tartessos, con la que Andalucía entró en la Protohistoria.
Cuenco de los Millares.
El Neolítico, caracterizado por una economía productiva basada en la agricultura y la ganadería y con nuevas muestras de cultura material como la piedra pulimentada y la cerámica, llegó a Andalucía alrededor del V milenio a. C.. Al ser introducido por difusión desde el Mediterráneo Oriental, las primeras muestras neolíticas se sitúan en el levante almeriense.
Este período se caracteriza por la existencia de dos tipos de hábitat o asentamientos humanos: Los poblados y las cuevas. Los poblados eran simples agrupaciones de cabañas de base circular y con muros de adobe o madera, situados en valles fluviales o en zonas más áridas y cuya actividad era predominantemente agrícola y ganadera. Las cuevas, más frecuentes, se usaban tanto como vivienda como para enterramiento. En cuanto a la cerámica, es característica la cerámica cardial y la cerámica almagra. Algunas de las cuevas neolíticas existentes en Andalucía son la Cueva de los Murciélagos, la Cueva de la Mujer, la Cueva de la Carigüela, la Cueva del Tesoro y la Cueva de Nerja.
Dolmen de Menga (Antequera, Málaga)
Este período se caracteriza por la existencia de dos tipos de hábitat o asentamientos humanos: Los poblados y las cuevas. Los poblados eran simples agrupaciones de cabañas de base circular y con muros de adobe o madera, situados en valles fluviales o en zonas más áridas y cuya actividad era predominantemente agrícola y ganadera. Las cuevas, más frecuentes, se usaban tanto como vivienda como para enterramiento. En cuanto a la cerámica, es característica la cerámica cardial y la cerámica almagra. Algunas de las cuevas neolíticas existentes en Andalucía son la Cueva de los Murciélagos, la Cueva de la Mujer, la Cueva de la Carigüela, la Cueva del Tesoro y la Cueva de Nerja.
Dolmen de Menga (Antequera, Málaga)
Paleolítico en Andalucía
La presencia de homínidos en Andalucía se remonta al Paleolítico Inferior, con restos arqueológicos de la cultura achelense de entre 700.000 y 400.000 años de antigüedad,sin embargo el controvertido hallazgo del llamado Hombre de Orce parece apuntar una mayor antigüedad.Las principales zonas de asentamiento fueron la zona del Alto Guadalquivir y la zona sur de Sierra Morena, en las terrazas de los grandes ríos, que eran utilizados como ejes de circulación y zonas de aprovisionamiento de alimentos (caza y recolección).Durante el Paleolítico Medio, caracterizado por el Homo neanderthalensis y la cultura musteriense, se produjo un recrudecimiento climático que llevó al uso de las cuevas como refugio. Testimonio de ello son la Cueva de la Carihuela,en Píñar, la Cueva de Zájara, en Vera y las cuevas gibraltareñas. El Paleolítico Superior vino marcado por el retroceso de la glaciación y la aparición de Homo Sapiens cuyo hábitat se generalizó por toda Andalucía. La cultura material se caracterizó por los avances en la industria lítica y la aparición de las primeras manifestaciones de arte rupestre. Ejemplo de ello son las pinturas de las Cueva de la Pileta, de la Cueva Ambrosio, en Almería, de la Cueva de Nerja, de la Cueva de las Motillas, de la Cueva de Malalmuerzo, en Granada y de la Cueva del Morrón, en Jaén, todas ellas caracterizadas por su esquematismo. Especialmente descatable es el llamado Arte rupestre del extremo sur de la Península Ibérica, llamado en el contexto andaluz "Arte sureño".
Cueva de Nerja(Málaga).
Cueva de Nerja(Málaga).
El siglo XVIII en Andalucía
Las crisis del siglo XVII tuvo su culmen con la Guerra de Sucesión Española, que apenas tuvo repercusión en Andalucía, que estuvo desde el principio del lado de Felipe de Anjou. Sin embargo, la escuadra inglesa y holandesa atacó en 1702 la costa atlántica cercana a Cádiz, y aunque fracasaron en su intento de establecerse allí, tomaron el enclave de Gibraltar en 1704 aprovechando su indefensión, quedando en manos inglesas tras el Tratado de Utrecht.
La subsiguiente centralización borbónica supuso para Andalucía, como territorio integrado en la Corona de Castilla, la reordenación de las reales audiencias y chancillerías, así como la organización del territorio en provincias e intendencias, herederas de los antiguos reinos, la anulación de los fueros y libertades de los municipios y la abolición de las instituciones propias.
El nuevo poder real conformó una red de comunicaciones de diseño radial en torno a la corte, con la intención de centralizar los recursos agrarios, mineros y comerciales, lo que contribuyó a la desarticulación tradicional del territorio, pues
rompe las estructuras anteriores adaptadas al medio, para establecer relaciones norte-sur; pero no tanto junto a las direcciones este-oeste, sino mas bien a costa de éstas.
En 1717 se produjo el traslado de la Casa de Contratación de Indias desde Sevilla a Cádiz, desplazando de la metrópoli hispalense el centro del comercio americano, que había residido en ella desde principios del siglo XVI.
Casa de contratación y Catedral de Sevilla.
Vista de la ciudad de Cádiz.
En la segunda mitad de siglo XVIII, el Intendente de Sevilla y del Ejército de los Cuatro Reinos de Andalucía Pablo de Olavide, hizo una importante labor de repoblación de algunas zonas de Andalucía. Como Superintendente de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía propició que más de 1400 familias extranjeras se establecieran, en diversas colonias de Sierra Morena de conformidad con el Fuero de las Nuevas Poblaciones de 1767.[35] Esta repoblación fue un proyecto de más de 40 años, para el que contó con amplios poderes, el apoyo de Campomanes y el caudal de las propiedades confiscadas a los jesuitas, expulsados en 1767. Con el tiempo, los colonos sufrieron una profunda asimilación de la cultura andaluza[36]
Con el objetivo de realizar reformas económicas, sociales y educativas, fruto del pensamiento de la Ilustración, se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País de Cádiz (1774), Sevilla (1775), Granada (1775), Vera (1775), Sanlúcar de Barrameda (1780), Puerto Real (1785), Medina Sidonia (1786), Jaén (1786), El Puerto de Santa María (1788) y Málaga.
La subsiguiente centralización borbónica supuso para Andalucía, como territorio integrado en la Corona de Castilla, la reordenación de las reales audiencias y chancillerías, así como la organización del territorio en provincias e intendencias, herederas de los antiguos reinos, la anulación de los fueros y libertades de los municipios y la abolición de las instituciones propias.
El nuevo poder real conformó una red de comunicaciones de diseño radial en torno a la corte, con la intención de centralizar los recursos agrarios, mineros y comerciales, lo que contribuyó a la desarticulación tradicional del territorio, pues
rompe las estructuras anteriores adaptadas al medio, para establecer relaciones norte-sur; pero no tanto junto a las direcciones este-oeste, sino mas bien a costa de éstas.
En 1717 se produjo el traslado de la Casa de Contratación de Indias desde Sevilla a Cádiz, desplazando de la metrópoli hispalense el centro del comercio americano, que había residido en ella desde principios del siglo XVI.
Casa de contratación y Catedral de Sevilla.
Vista de la ciudad de Cádiz.
En la segunda mitad de siglo XVIII, el Intendente de Sevilla y del Ejército de los Cuatro Reinos de Andalucía Pablo de Olavide, hizo una importante labor de repoblación de algunas zonas de Andalucía. Como Superintendente de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía propició que más de 1400 familias extranjeras se establecieran, en diversas colonias de Sierra Morena de conformidad con el Fuero de las Nuevas Poblaciones de 1767.[35] Esta repoblación fue un proyecto de más de 40 años, para el que contó con amplios poderes, el apoyo de Campomanes y el caudal de las propiedades confiscadas a los jesuitas, expulsados en 1767. Con el tiempo, los colonos sufrieron una profunda asimilación de la cultura andaluza[36]
Con el objetivo de realizar reformas económicas, sociales y educativas, fruto del pensamiento de la Ilustración, se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País de Cádiz (1774), Sevilla (1775), Granada (1775), Vera (1775), Sanlúcar de Barrameda (1780), Puerto Real (1785), Medina Sidonia (1786), Jaén (1786), El Puerto de Santa María (1788) y Málaga.
Descubrimiento de América
En el siglo II el astrónomo griego Ptolomeo ya había presentado la teoría de que la Tierra era redonda, sin embargo, para el siglo XV aun se creía que la tierra era plana y que era sostenida por cuatro columnas o cuatro elefantes. Paralelamente a las ideas del mundo que se extraían de tratados pseudocientíficos, había navegantes portugueses, españoles y mercaderes venecianos que fueron ampliando el horizonte de la exploración geográfica quienes tenían noción de la redondez de la Tierra.
Cristóbal Colón era uno de esos navegantes y confirmó esta idea cuando pudo ver el mapa de Pablo del Pozo Toscanelli, geógrafo italiano que aseguró que se podía llegar a Asia partiendo de Portugal, yendo en línea recta a través del Atlántico.
Colón buscó financiamiento para poder comprobar su teoría, y es en 1486 cuando los Reyes Católicos lo recibieron por primera vez en Alcalá de Henares, pero una junta de expertos rechazó su proyecto. Finalmente, En 1492 consiguió el apoyo de los reyes de España, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, quienes aprobaron la organización de la expedición.
El 17 de abril de 1492 , mediante las capitulaciones de Santa Fe, se concedió a Colón el título de Almirante de la expedición, así, el 3 de agosto de 1492 partió del Puerto de Palos(Huelva)con dos carabelas la Niña y la Pinta y una nave: la Santa María. Martín y Vicente Pinzón tomaron el comando de las dos carabelas y Colón dirigió la nave. Su tripulación estaba formada por 120 hombres.
Después de 72 días de navegación, el 12 de octubre de 1492 la expedición de Cristóbal Colón llegó a las costas de una isla americana, aunque siempre creyó que había llegado a la India, sin sospechar que se había topado con otro continente. Este acontecimiento cambió la concepción que se tenía del planeta y provocó algo que ni siquiera Colón había imaginado: la unión de dos mundos.
Dos días más tarde, Colón zarpó a fin de seguir explorando nuevas tierras, el 24 de octubre llegó a Cuba, a la que llamó Juana; el 12 de noviembre llegaron a otra isla que llamó Española, hoy Santo Domingo; donde construyó un fuerte con los restos de la Santa María, que se había estrellado contra un arrecife y naufragado. Ese refugio se llamó Navidad y fue el primer asentamiento español en América.
El 16 de enero de 1943 regresó a España, el relato de sus experiencias en “las Indias” fue bien visto por los Reyes Católicos, quienes lo apoyaron para realizar otros tres viajes a América.
El encuentro permitió que América recibiera un gran legado cultural, de adelantos y de expresiones artísticas no sólo occidentales sino también orientales, y que Europa percibiera la riqueza cultural, los avances, el ingenio y el arte del Nuevo Mundo.
Cristóbal Colón era uno de esos navegantes y confirmó esta idea cuando pudo ver el mapa de Pablo del Pozo Toscanelli, geógrafo italiano que aseguró que se podía llegar a Asia partiendo de Portugal, yendo en línea recta a través del Atlántico.
Colón buscó financiamiento para poder comprobar su teoría, y es en 1486 cuando los Reyes Católicos lo recibieron por primera vez en Alcalá de Henares, pero una junta de expertos rechazó su proyecto. Finalmente, En 1492 consiguió el apoyo de los reyes de España, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, quienes aprobaron la organización de la expedición.
El 17 de abril de 1492 , mediante las capitulaciones de Santa Fe, se concedió a Colón el título de Almirante de la expedición, así, el 3 de agosto de 1492 partió del Puerto de Palos(Huelva)con dos carabelas la Niña y la Pinta y una nave: la Santa María. Martín y Vicente Pinzón tomaron el comando de las dos carabelas y Colón dirigió la nave. Su tripulación estaba formada por 120 hombres.
Después de 72 días de navegación, el 12 de octubre de 1492 la expedición de Cristóbal Colón llegó a las costas de una isla americana, aunque siempre creyó que había llegado a la India, sin sospechar que se había topado con otro continente. Este acontecimiento cambió la concepción que se tenía del planeta y provocó algo que ni siquiera Colón había imaginado: la unión de dos mundos.
Dos días más tarde, Colón zarpó a fin de seguir explorando nuevas tierras, el 24 de octubre llegó a Cuba, a la que llamó Juana; el 12 de noviembre llegaron a otra isla que llamó Española, hoy Santo Domingo; donde construyó un fuerte con los restos de la Santa María, que se había estrellado contra un arrecife y naufragado. Ese refugio se llamó Navidad y fue el primer asentamiento español en América.
El 16 de enero de 1943 regresó a España, el relato de sus experiencias en “las Indias” fue bien visto por los Reyes Católicos, quienes lo apoyaron para realizar otros tres viajes a América.
El encuentro permitió que América recibiera un gran legado cultural, de adelantos y de expresiones artísticas no sólo occidentales sino también orientales, y que Europa percibiera la riqueza cultural, los avances, el ingenio y el arte del Nuevo Mundo.
Yacimiento de Torreparedones
Torreparedones es un yacimiento de una ciudad-santuario íbero-romana amurallada de unos 4.500 años de antigüedad.
Se sitúa en la campiña cordobesa, en el límite septentrional de los términos municipales de Castro del Río y Baena, tratándose de un asentamiento que ha tenido ocupación humana desde los tiempos de la Edad del Cobre y que en la etapa orientalizante (siglo VI a.C.) se dotó de una sólida muralla que en algunos puntos alcanzó los nueve metros de espesor y que reforzada con contrafuertes y torreones delimitaba un espacio interior del orden de las 10 hectáreas.
El ayuntamiento de Baena adquirió en 2004 dos terceras partes de las 18 hectáreas que ocupa el yacimiento para su recuperación, puesta en valor y musealización.
Fuera de las murallas de Torreparedones, en el extremo meridional de la ciudad, se han detectado los vestigios de lo que hubo de ser un importante santuario íbero datado en los tiempos en que ya se registra aquí la presencia romana (siglos II-I a.C.). Se han encontrado multitud de pequeños exvotos fabricados en piedra caliza local, que destacan por su tosquedad y esquematismo.
Estas pequeñas estatuas se interpretan como exvotos ofrecidos en lo que fue un santuario ibero, para agradecer dones recibidos, cumplir promesas, pedir sanación de enfermedades, etc.
El santuario debía aprovechar la especial calidad mineralógica del cercano manantial de El Pilar, cuyas aguas son recomendadas para enfermedades como la artritis, reumatismo, gota, etc.
En este enclave fue hallado un exvoto escultórico de piedra, representado por una figura femenina que tiene en su frente la inscripción latina Dea Caeletis -Dea Caelestis-, (que debemos interpretar como un sincretismo de la Diosa Madre IVNO_VENUS CAELESTIS romana-deidad de la fecundidad, de la vida y de la muerte y especialmente las de su versión curótrofa y nutricia-, con una Diosa local íbera) como la propia representación de la diosa.
Se sitúa en la campiña cordobesa, en el límite septentrional de los términos municipales de Castro del Río y Baena, tratándose de un asentamiento que ha tenido ocupación humana desde los tiempos de la Edad del Cobre y que en la etapa orientalizante (siglo VI a.C.) se dotó de una sólida muralla que en algunos puntos alcanzó los nueve metros de espesor y que reforzada con contrafuertes y torreones delimitaba un espacio interior del orden de las 10 hectáreas.
El ayuntamiento de Baena adquirió en 2004 dos terceras partes de las 18 hectáreas que ocupa el yacimiento para su recuperación, puesta en valor y musealización.
Fuera de las murallas de Torreparedones, en el extremo meridional de la ciudad, se han detectado los vestigios de lo que hubo de ser un importante santuario íbero datado en los tiempos en que ya se registra aquí la presencia romana (siglos II-I a.C.). Se han encontrado multitud de pequeños exvotos fabricados en piedra caliza local, que destacan por su tosquedad y esquematismo.
Estas pequeñas estatuas se interpretan como exvotos ofrecidos en lo que fue un santuario ibero, para agradecer dones recibidos, cumplir promesas, pedir sanación de enfermedades, etc.
El santuario debía aprovechar la especial calidad mineralógica del cercano manantial de El Pilar, cuyas aguas son recomendadas para enfermedades como la artritis, reumatismo, gota, etc.
En este enclave fue hallado un exvoto escultórico de piedra, representado por una figura femenina que tiene en su frente la inscripción latina Dea Caele
martes, 19 de mayo de 2009
28-F en Andalucía
Éstos son algunos de los símbolos e imágenes que representan la autonomía de Andalucía desde 1980,cuando fue proclamado en referéndum el estatuto andaluz:
Los andaluces salen a la calle proclamando la autonomía en 1980.
Bandera 'blanquiverde' de la comunidad andaluza.
Escudo de Andalucía, en el que aparece representado el héroe mitológico griego Hércules, flanqueado por dos leones.
Los andaluces salen a la calle proclamando la autonomía en 1980.
Bandera 'blanquiverde' de la comunidad andaluza.
Escudo de Andalucía, en el que aparece representado el héroe mitológico griego Hércules, flanqueado por dos leones.
LA SITUACIÓN DE ANDALUCÍA EN EL FRANQUISMO
INTRODUCCIÓN
La evolución del franquismo en Andalucía va a seguir las mismas pautas que en el resto de España. No obstante, en Andalucía se van a presentar una serie de particularidades fruto de su historia y de sus características políticas, sociales y culturales. Durante el franquismo se confirma el subdesarrollo y la dependencia de Andalucía con el resto de España, sobre todo la del Norte y Este, a la que suministra productos primarios y mano de obra; el desarrollismo de los años sesenta no solo no palia los desequilibrios territoriales sino que las aumentan. La típica concentración de la propiedad va a ser que Andalucía sea de las pocas regiones de España donde persistan los jornaleros. La oligarquía terrateniente andaluza va a tener mucha importancia y contacto con el generalísimo, hasta el punto de convertirse en uno de los lobbys de presión más importantes del franquismo. En lo que respecta a la cultura Andalucía es utilizada como la imagen de España de cara exterior, pero lo que se utiliza de Andalucía es el folklore más rancio, los tópicos más tradicionales y la imagen romántica del siglo XVIII. La tonadillera, el torero, el mundo del caballo, la Semana Santa o el Rocío, las sevillanas... van a ser utilizadas como estereotipos a exportar.
La Andalucía de la pachanga y de la pandereta fue utilizada por Franco para convertirla en señas de identidad de España entera. La pervivencia actualmente de muchos de esos tópicos y de la imagen que damos en otras regiones y países de nuestro entorno. La Andalucía luchadora, trabajadora, culta, "revolucionaria", fue sustituida por la copla, los toros, las sevillanas, el caballo y sobre todo la "grasia andaluza". Hasta tal punto eso fue así, que López Rodó contestó a las tímidas críticas que se le hacían sobre el escaso desarrollo industrial andaluz, diciendo que con la "grasia" que teníamos, para que queríamos industria. Carlos Cano en una canción de los años setenta, decía que si, que mucha "grasia" en Andalucía, pero para derramarla en las vendimias del Rosellón. Andalucía, por tanto, no sólo sufrió una gran represión para borrar cualquier secuela de la República, sino que fue objeto de una propaganda atroz cuyas consecuencias estamos pagando todavía.
I.- EL PRIMER FRANQUISMO. 1939-1959
SITUACIÓN POLÍTICO – SOCIAL
El problema agrario español había tenido uno de sus epicentros en Andalucía y esta región históricamente había sido fuente de innumerables conflictos campesinos. Electoralmente durante la segunda república siempre se inclinó a la izquierda, por ello la llegada del franquismo supuso una tremenda represión en esta región en el intento de borrar la sociedad y los objetivos políticos republicanos. Una gran cantidad de líderes de partidos políticos de izquierda y sindicatos, intelectuales, miembros de las profesiones liberales y jornaleros significados políticamente con la república fueron asesinados, encarcelados o tuvieron que exiliarse, tanto exteriormente como interiormente a través del maquis o de los topos. Especial relevancia tuvo el maquis en Andalucía que se refugio en Sierra Morena o los sistemas béticos. Por otra parte, la oligarquía terrateniente andaluza que había colaborado estrechamente con los nacionales, pasó a liderar el movimiento nacional a través de la falange. Estos terratenientes reclutaron rápidamente una gran cantidad de cargos intermedios para el régimen. Así, el caciquismo, si ya no en su fórmula electoral, si en forma de dominación de una minoría a una mayoría, recobró una gran fuerza en Andalucía siendo la región donde el caciquismo durante el franquismo tuvo más presencia. La incorporación a la falange fue importante, bien para conseguir seguridad o para optar a los beneficios que otorgaba el régimen a sus militantes - cargos, mercado negro, etc.- Por otra parte, la tradicional rebeldía de la clase campesina andaluza desapareció por completo; las causas hay que buscarlas en la propaganda y la feroz represión y en la conciencia de que habían perdido la guerra. Pero ello no sólo explicaría la docilidad de la clase trabajadora, sino de la sociedad andaluza en general. Algunos sociólogos relacionan este conformismo con el escapismo a través del cante, baile, la "huerga", los toros... en definitiva el tópico de "la grasia andaluza". Todo ello en el contexto de unas condiciones sociales injustas, un subdesarrollo económico y un analfabetismo casi general dentro de la mayoría de la clase trabajadora.
ASPECTOS ECONÓMICOS
Andalucía sufrió vivamente los efectos devastadores de la Guerra Civil y del aislamiento político y económico..
La autarquía económica trajo consigo un cierto auge de la agricultura, especialmente de los cereales, que produjo un incremento de las ganancias, pero que, debido al mercado negro sólo beneficiaron a los terratenientes y a sus allegados. Aunque durante la autarquía políticamente se produce una vuelta al campo, valorando sus actividades y su forma de vida, en la práctica la política económica del franquismo se centró fundamentalmente en la industria y en el comercio. El hambre, la escasez y la miseria de la autarquía afectaron especialmente a Andalucía, donde tradicionalmente las condiciones de vida de una gran parte de la sociedad, los jornaleros, ya eran bastante pésimas
LA SITUACIÓN DE ANDALUCÍA EN EL FRANQUISMO
A partir de 1955, se produjo una mejora económica, que posibilitó la creación de nuevos regadíos, llevados a cabo por el INC, que afectaron principalmente al Valle del Guadalquivir. Pero al igual que al principio del franquismo que se le
devolvieron las propiedades a los propietarios afectados por la reforma agraria de la segunda república, en esta ocasión también beneficiaron a los grandes propietarios, ya que la propiedad, aunque fuera regadío, siguió muy concentrada.
La industria de Andalucía era escasa y con un fuerte predominio de las industrias agroalimentarias, de las de carácter artesanal y con un escaso desarrollo del tejido industrial. Entre las industrias destacan la harinera, las almazaras, la industria del vino, la de la remolacha o los núcleos mineros de Huelva, Córdoba y Jaén o algunas empresas dedicadas a la industria aeronáutica, artillería, tabacos, etc, que habían comenzado su andadura en el primer tercio del siglo XX.
II.- EL SEGUNDO FRANQUISMO. 1959-1975
ASPECTOS POLÍTICOS-SOCIALES
La pérdida de influencia de los políticos de la falange y del catolicismo tradicional -sustituidos por los tecnócratas del OPUS- trajo consigo una disminución del peso político y social de Andalucía en España, al hilo del paso de una sociedad tradicional rural a otra moderna, urbana e industrial. A cambio Andalucía se convirtió en la esencia cultural de España; los toreros, los cantantes, las tonadilleras, los humoristas que no eran de Andalucía hacían esfuerzos por parecerlos. Pero centrándose en la Andalucía de la charanga y de la pandereta.
Los cambios demográficos que se producen en estos años constituyen uno de los fenómenos más importantes de la historia de Andalucía. La pobreza y el escaso desarrollo económico hicieron que muchos andaluces emigraran las regiones más desarrolladas de España - Cataluña, Madrid, País Vasco y Valencia- y a diversos países de Europa. Entre 1950 y 1975 fueron casi un millón y medio los andaluces que abandonaron sus tierras. Esta emigración procedía fundamentalmente del mundo rural, lo que unido a la emigración hacia las ciudades andaluzas nos hace estar ante el mayor éxodo rural de la historia de Andalucía. El mundo rural no sólo sufrió un vaciamiento de su población más activa, sino también un abandono que profundizó la dependencia y el subdesarrollo del mundo rural andaluz. Las ciudades andaluzas, en cambio, sufrieron un gran crecimiento económico, surgiendo grandes barrios obreros, que en la actualidad constituyen la parte más importante cuantitativamente de nuestras ciudades actuales. Paralelamente, cambio la estructura de la población activa, disminuyendo el sector primario y aumentado el secundario y el terciario, pero el sector primario en Andalucía seguía siendo el más importante de España.
En lo que respecta a la estructura social, la oligarquía terrateniente andaluza perdió peso con respecto a la industrial y financiera. Las clases medias tuvieron un gran auge, sobre todo en las ciudades y disminuyó el número de jornaleros, por la emigración, no obstante, Andalucía seguía siendo la región de España con mayor número de ellos.
El desarrollismo de los años sesenta incorporó a la sociedad andaluza el consumismo propio, pero ello ocurrió en las ciudades y en las clases medias y altas, existiendo un alto porcentaje de la población del mundo rural, sobre todo, los jornaleros, ajenos a este proceso. En cuanto a la política de protección social del franquismo de esta etapa tuvo bastante incidencia en la sociedad andaluza, sobre todo en aspecto como la educación o la salud, pero habría que esperar hasta los años ochenta para llegar a un verdadero estado del bienestar.
ASPECTOS ECONÓMICOS
A partir de los años sesenta, se inició una política de desarrollo industrial con la aplicación de los Planes de Desarrollo. Se crearon los Polos de Desarrollo de Sevilla, Huelva y del Campo de Gibraltar- con claros motivos políticos para contrarrestar el desarrollo del peñón inglés-, a los que posteriormente se les sumaron los Polígonos Industriales de Córdoba, Granada y Málaga. De estos sólo tuvieron un cierto desarrollo los de Sevilla, Huelva, Campo de Gibraltar y Málaga; el resto fracasaron rotundamente. Las causas hay que buscarlas en la mala canalización del capital andaluz y en la falta de una burguesía emprendedora. En realidad, más que una industrialización de Andalucía asistimos al desarrollo de enclaves industriales muy mal conectados entre sí. Los desequilibrios regionales en España aumentaron desfavorablemente para Andalucía; además dentro de la propia Andalucía también subieron los contrastes regionales; entre Andalucía Occidental y la Oriental; entre la costa y el interior.
El sector de los servicios fue el que experimentó una mayor expansión; superior a las de las regiones más desarrolladas de España. Dicha expansión se basó en el constante proceso de urbanización de la población y, sobre todo, en el desarrollo del turismo, verdadero motor de la economía de esta época. Es el momento en que se produce una verdadera explosión turística en la Costa del Sol malagueña, que progresivamente se iría extendiendo por toda la costa andaluza, convirtiendo a Andalucía en uno de los principales centro del turismo internacional. Desde entonces, ante el fracaso de la industrialización andaluza, el turismo se convertiría en la principal fuente económica de Andalucía, tendencia que continua en la actualidad. Junto a los aspectos positivos del turismo, además de los económicos, hay que hacer mención a los sociológicos, tenemos que reseñar otros negativos como la especulación, el desorden urbanístico, la pérdida de tradiciones o los efectos negativos a otras actividades económicas - fundamentalmente la agricultura y la pesca-.
LA EMIGRACIÓN ANDALUZA
Entre 1950 y 1975 un millón y medio de andaluces abandonaron sus tierras en busca de mejores condiciones de vida. El trabajo de estos andaluces contribuyó al desarrollo económico de países como Francia o Alemania y de regiones españolas como Cataluña, País Vasco, Madrid o Valencia. Además, contribuyeron al desarrollo de su región posibilitando la modernización de la agricultura e ingresando divisas y dinero para sus zonas de residencia. No obstante, las dificultades de estos emigrantes andaluces fueron muy importantes; al proceso de adaptación a un nuevo trabajo, cultura y lengua (en la mayoría de los casos) hay que unirle el hecho de que tuvieran que soportar los procesos xenófobos que toda emigración conlleva. En la actualidad, Andalucía se ha convertido en una tierra de inmigración, es necesario que no olvidemos los sacrificios y los desprecios que sufrieron estos emigrantes andaluces.
EL INICIO DE LA DESAPARICIÓN DEL VIEJO PROBLEMA AGRARIO ANDALUZ
El viejo problema agrario español se ha ejemplificado con mucha fuerza en Andalucía y la concentración de la propiedad propia del latifundio. Recordemos que el latifundismo tuvo tres grandes momentos de concentración de la propiedad; el proceso de "Reconquista", el desarrollo comercial del siglo XVI y la desamortización del siglo XIX. Este problema agrario tuvo como consecuencia que las malas condiciones de los jornaleros condujeran a numerosas alteraciones del orden público y motines populares, que radicalizarían la vida política y social del siglo XIX y XX. El intento más serio de solucionar este problema tuvo lugar en la segunda República con la reforma agraria, pero el fracaso de esta contribuyó en parte al fracaso de la segunda república y la guerra civil. En los años sesenta empieza un proceso que paulatinamente nos va a llevar a la solución parcial del problema. Este no tiene nada que ver con las reformas técnicas llevadas a cabo ( ni durante el franquismo, ni durante la transición) sino con la crisis de la agricultura tradicional de los años sesenta. El éxodo rural disminuyó drásticamente la población activa y posibilitó la modernización de la agricultura.
En el contexto actual de la economía de mercado, donde la competitividad y la productividad son las reglas fundamentales; las economías de escala propias de los latifundios son un elemento favorable. No obstante, el proceso es lento y todavía en Andalucía existe una masa de jornaleros importante. A partir de la transición, se intentó paliar esta situación con el establecimiento del PER (ha tenido varias denominaciones). Recientemente el PP intentó hacer una transformación profunda de este sistema, pero debido a la gran movilización que hubo en su contra y a los posibles efectos electorales desistió.
Hoy se encuentra inmersa en la situación general del país en cuanto a política social, económica, infraestructuras, inmigración...
La evolución del franquismo en Andalucía va a seguir las mismas pautas que en el resto de España. No obstante, en Andalucía se van a presentar una serie de particularidades fruto de su historia y de sus características políticas, sociales y culturales. Durante el franquismo se confirma el subdesarrollo y la dependencia de Andalucía con el resto de España, sobre todo la del Norte y Este, a la que suministra productos primarios y mano de obra; el desarrollismo de los años sesenta no solo no palia los desequilibrios territoriales sino que las aumentan. La típica concentración de la propiedad va a ser que Andalucía sea de las pocas regiones de España donde persistan los jornaleros. La oligarquía terrateniente andaluza va a tener mucha importancia y contacto con el generalísimo, hasta el punto de convertirse en uno de los lobbys de presión más importantes del franquismo. En lo que respecta a la cultura Andalucía es utilizada como la imagen de España de cara exterior, pero lo que se utiliza de Andalucía es el folklore más rancio, los tópicos más tradicionales y la imagen romántica del siglo XVIII. La tonadillera, el torero, el mundo del caballo, la Semana Santa o el Rocío, las sevillanas... van a ser utilizadas como estereotipos a exportar.
La Andalucía de la pachanga y de la pandereta fue utilizada por Franco para convertirla en señas de identidad de España entera. La pervivencia actualmente de muchos de esos tópicos y de la imagen que damos en otras regiones y países de nuestro entorno. La Andalucía luchadora, trabajadora, culta, "revolucionaria", fue sustituida por la copla, los toros, las sevillanas, el caballo y sobre todo la "grasia andaluza". Hasta tal punto eso fue así, que López Rodó contestó a las tímidas críticas que se le hacían sobre el escaso desarrollo industrial andaluz, diciendo que con la "grasia" que teníamos, para que queríamos industria. Carlos Cano en una canción de los años setenta, decía que si, que mucha "grasia" en Andalucía, pero para derramarla en las vendimias del Rosellón. Andalucía, por tanto, no sólo sufrió una gran represión para borrar cualquier secuela de la República, sino que fue objeto de una propaganda atroz cuyas consecuencias estamos pagando todavía.
I.- EL PRIMER FRANQUISMO. 1939-1959
SITUACIÓN POLÍTICO – SOCIAL
El problema agrario español había tenido uno de sus epicentros en Andalucía y esta región históricamente había sido fuente de innumerables conflictos campesinos. Electoralmente durante la segunda república siempre se inclinó a la izquierda, por ello la llegada del franquismo supuso una tremenda represión en esta región en el intento de borrar la sociedad y los objetivos políticos republicanos. Una gran cantidad de líderes de partidos políticos de izquierda y sindicatos, intelectuales, miembros de las profesiones liberales y jornaleros significados políticamente con la república fueron asesinados, encarcelados o tuvieron que exiliarse, tanto exteriormente como interiormente a través del maquis o de los topos. Especial relevancia tuvo el maquis en Andalucía que se refugio en Sierra Morena o los sistemas béticos. Por otra parte, la oligarquía terrateniente andaluza que había colaborado estrechamente con los nacionales, pasó a liderar el movimiento nacional a través de la falange. Estos terratenientes reclutaron rápidamente una gran cantidad de cargos intermedios para el régimen. Así, el caciquismo, si ya no en su fórmula electoral, si en forma de dominación de una minoría a una mayoría, recobró una gran fuerza en Andalucía siendo la región donde el caciquismo durante el franquismo tuvo más presencia. La incorporación a la falange fue importante, bien para conseguir seguridad o para optar a los beneficios que otorgaba el régimen a sus militantes - cargos, mercado negro, etc.- Por otra parte, la tradicional rebeldía de la clase campesina andaluza desapareció por completo; las causas hay que buscarlas en la propaganda y la feroz represión y en la conciencia de que habían perdido la guerra. Pero ello no sólo explicaría la docilidad de la clase trabajadora, sino de la sociedad andaluza en general. Algunos sociólogos relacionan este conformismo con el escapismo a través del cante, baile, la "huerga", los toros... en definitiva el tópico de "la grasia andaluza". Todo ello en el contexto de unas condiciones sociales injustas, un subdesarrollo económico y un analfabetismo casi general dentro de la mayoría de la clase trabajadora.
ASPECTOS ECONÓMICOS
Andalucía sufrió vivamente los efectos devastadores de la Guerra Civil y del aislamiento político y económico..
La autarquía económica trajo consigo un cierto auge de la agricultura, especialmente de los cereales, que produjo un incremento de las ganancias, pero que, debido al mercado negro sólo beneficiaron a los terratenientes y a sus allegados. Aunque durante la autarquía políticamente se produce una vuelta al campo, valorando sus actividades y su forma de vida, en la práctica la política económica del franquismo se centró fundamentalmente en la industria y en el comercio. El hambre, la escasez y la miseria de la autarquía afectaron especialmente a Andalucía, donde tradicionalmente las condiciones de vida de una gran parte de la sociedad, los jornaleros, ya eran bastante pésimas
LA SITUACIÓN DE ANDALUCÍA EN EL FRANQUISMO
A partir de 1955, se produjo una mejora económica, que posibilitó la creación de nuevos regadíos, llevados a cabo por el INC, que afectaron principalmente al Valle del Guadalquivir. Pero al igual que al principio del franquismo que se le
devolvieron las propiedades a los propietarios afectados por la reforma agraria de la segunda república, en esta ocasión también beneficiaron a los grandes propietarios, ya que la propiedad, aunque fuera regadío, siguió muy concentrada.
La industria de Andalucía era escasa y con un fuerte predominio de las industrias agroalimentarias, de las de carácter artesanal y con un escaso desarrollo del tejido industrial. Entre las industrias destacan la harinera, las almazaras, la industria del vino, la de la remolacha o los núcleos mineros de Huelva, Córdoba y Jaén o algunas empresas dedicadas a la industria aeronáutica, artillería, tabacos, etc, que habían comenzado su andadura en el primer tercio del siglo XX.
II.- EL SEGUNDO FRANQUISMO. 1959-1975
ASPECTOS POLÍTICOS-SOCIALES
La pérdida de influencia de los políticos de la falange y del catolicismo tradicional -sustituidos por los tecnócratas del OPUS- trajo consigo una disminución del peso político y social de Andalucía en España, al hilo del paso de una sociedad tradicional rural a otra moderna, urbana e industrial. A cambio Andalucía se convirtió en la esencia cultural de España; los toreros, los cantantes, las tonadilleras, los humoristas que no eran de Andalucía hacían esfuerzos por parecerlos. Pero centrándose en la Andalucía de la charanga y de la pandereta.
Los cambios demográficos que se producen en estos años constituyen uno de los fenómenos más importantes de la historia de Andalucía. La pobreza y el escaso desarrollo económico hicieron que muchos andaluces emigraran las regiones más desarrolladas de España - Cataluña, Madrid, País Vasco y Valencia- y a diversos países de Europa. Entre 1950 y 1975 fueron casi un millón y medio los andaluces que abandonaron sus tierras. Esta emigración procedía fundamentalmente del mundo rural, lo que unido a la emigración hacia las ciudades andaluzas nos hace estar ante el mayor éxodo rural de la historia de Andalucía. El mundo rural no sólo sufrió un vaciamiento de su población más activa, sino también un abandono que profundizó la dependencia y el subdesarrollo del mundo rural andaluz. Las ciudades andaluzas, en cambio, sufrieron un gran crecimiento económico, surgiendo grandes barrios obreros, que en la actualidad constituyen la parte más importante cuantitativamente de nuestras ciudades actuales. Paralelamente, cambio la estructura de la población activa, disminuyendo el sector primario y aumentado el secundario y el terciario, pero el sector primario en Andalucía seguía siendo el más importante de España.
En lo que respecta a la estructura social, la oligarquía terrateniente andaluza perdió peso con respecto a la industrial y financiera. Las clases medias tuvieron un gran auge, sobre todo en las ciudades y disminuyó el número de jornaleros, por la emigración, no obstante, Andalucía seguía siendo la región de España con mayor número de ellos.
El desarrollismo de los años sesenta incorporó a la sociedad andaluza el consumismo propio, pero ello ocurrió en las ciudades y en las clases medias y altas, existiendo un alto porcentaje de la población del mundo rural, sobre todo, los jornaleros, ajenos a este proceso. En cuanto a la política de protección social del franquismo de esta etapa tuvo bastante incidencia en la sociedad andaluza, sobre todo en aspecto como la educación o la salud, pero habría que esperar hasta los años ochenta para llegar a un verdadero estado del bienestar.
ASPECTOS ECONÓMICOS
A partir de los años sesenta, se inició una política de desarrollo industrial con la aplicación de los Planes de Desarrollo. Se crearon los Polos de Desarrollo de Sevilla, Huelva y del Campo de Gibraltar- con claros motivos políticos para contrarrestar el desarrollo del peñón inglés-, a los que posteriormente se les sumaron los Polígonos Industriales de Córdoba, Granada y Málaga. De estos sólo tuvieron un cierto desarrollo los de Sevilla, Huelva, Campo de Gibraltar y Málaga; el resto fracasaron rotundamente. Las causas hay que buscarlas en la mala canalización del capital andaluz y en la falta de una burguesía emprendedora. En realidad, más que una industrialización de Andalucía asistimos al desarrollo de enclaves industriales muy mal conectados entre sí. Los desequilibrios regionales en España aumentaron desfavorablemente para Andalucía; además dentro de la propia Andalucía también subieron los contrastes regionales; entre Andalucía Occidental y la Oriental; entre la costa y el interior.
El sector de los servicios fue el que experimentó una mayor expansión; superior a las de las regiones más desarrolladas de España. Dicha expansión se basó en el constante proceso de urbanización de la población y, sobre todo, en el desarrollo del turismo, verdadero motor de la economía de esta época. Es el momento en que se produce una verdadera explosión turística en la Costa del Sol malagueña, que progresivamente se iría extendiendo por toda la costa andaluza, convirtiendo a Andalucía en uno de los principales centro del turismo internacional. Desde entonces, ante el fracaso de la industrialización andaluza, el turismo se convertiría en la principal fuente económica de Andalucía, tendencia que continua en la actualidad. Junto a los aspectos positivos del turismo, además de los económicos, hay que hacer mención a los sociológicos, tenemos que reseñar otros negativos como la especulación, el desorden urbanístico, la pérdida de tradiciones o los efectos negativos a otras actividades económicas - fundamentalmente la agricultura y la pesca-.
LA EMIGRACIÓN ANDALUZA
Entre 1950 y 1975 un millón y medio de andaluces abandonaron sus tierras en busca de mejores condiciones de vida. El trabajo de estos andaluces contribuyó al desarrollo económico de países como Francia o Alemania y de regiones españolas como Cataluña, País Vasco, Madrid o Valencia. Además, contribuyeron al desarrollo de su región posibilitando la modernización de la agricultura e ingresando divisas y dinero para sus zonas de residencia. No obstante, las dificultades de estos emigrantes andaluces fueron muy importantes; al proceso de adaptación a un nuevo trabajo, cultura y lengua (en la mayoría de los casos) hay que unirle el hecho de que tuvieran que soportar los procesos xenófobos que toda emigración conlleva. En la actualidad, Andalucía se ha convertido en una tierra de inmigración, es necesario que no olvidemos los sacrificios y los desprecios que sufrieron estos emigrantes andaluces.
EL INICIO DE LA DESAPARICIÓN DEL VIEJO PROBLEMA AGRARIO ANDALUZ
El viejo problema agrario español se ha ejemplificado con mucha fuerza en Andalucía y la concentración de la propiedad propia del latifundio. Recordemos que el latifundismo tuvo tres grandes momentos de concentración de la propiedad; el proceso de "Reconquista", el desarrollo comercial del siglo XVI y la desamortización del siglo XIX. Este problema agrario tuvo como consecuencia que las malas condiciones de los jornaleros condujeran a numerosas alteraciones del orden público y motines populares, que radicalizarían la vida política y social del siglo XIX y XX. El intento más serio de solucionar este problema tuvo lugar en la segunda República con la reforma agraria, pero el fracaso de esta contribuyó en parte al fracaso de la segunda república y la guerra civil. En los años sesenta empieza un proceso que paulatinamente nos va a llevar a la solución parcial del problema. Este no tiene nada que ver con las reformas técnicas llevadas a cabo ( ni durante el franquismo, ni durante la transición) sino con la crisis de la agricultura tradicional de los años sesenta. El éxodo rural disminuyó drásticamente la población activa y posibilitó la modernización de la agricultura.
En el contexto actual de la economía de mercado, donde la competitividad y la productividad son las reglas fundamentales; las economías de escala propias de los latifundios son un elemento favorable. No obstante, el proceso es lento y todavía en Andalucía existe una masa de jornaleros importante. A partir de la transición, se intentó paliar esta situación con el establecimiento del PER (ha tenido varias denominaciones). Recientemente el PP intentó hacer una transformación profunda de este sistema, pero debido a la gran movilización que hubo en su contra y a los posibles efectos electorales desistió.
Hoy se encuentra inmersa en la situación general del país en cuanto a política social, económica, infraestructuras, inmigración...
domingo, 3 de mayo de 2009
La Edad Antigua en España y en Andalucía
Al territorio de la Península Ibérica los romanos le llamaron Hispania. En ella había tres provincias: la Tarraconense, Lusitania y la Bética, al sur.
Este nombre era debido al río Guadalquivir, al que ellos llamaron Betis y que usaban para comunicar con barco algunas ciudades de la Bética.
Aquí, en el sur, los romanos vencieron al pueblo cartaginés y con el tiempo los habitantes de la Bética se romanizaron, es decir, aprendieron el latín y aceptaron las leyes, la religión y las costumbres romanas.
En la Bética nacieron algunos personajes muy importantes del imperio, como los emperadores Trajano y Adriano, el filósofo Séneca y el escritor Lucano.
Con los romanos aumentaron su tamaño o se fundaron las primeras grandes ciudades de Andalucía. Además de Cádiz (Gades) o Málaga (Malaca) que ya existían fundaron otras como Itálica (junto a Santiponce, en Sevilla), Sevilla (Hispalis), Écija (Astigi) o Córdoba (Corduba) que era la capital de la Bética.
Construyeron templos y vías o calzadas de las que aún quedan restos. Los puentes fueron muy resistentes.
Muchos perduran aún, como el de Córdoba y Utrera. También quedan restos de anfiteatros en Cádiz, Carmona y otros lugares. El acueducto de Nerja es uno de los que mejor se conserva.
La Bética se convirtió en una zona muy próspera pues los romanos supieron aprovechar bien sus recursos.
Seguro que has comido alguna vez bacalao o incluso sardinas-arenques que se compran saladas en las tiendas. Bien, pues esta técnica de conservar el pescado por más tiempo añadiéndole sal la inventaron las personas que vivieron en la Edad Antigua. Hoy seguimos haciéndolo igual.
El pescado lo salaban en las fábricas de salazón, como la que había en Almuñécar, en la provincia de Granada, a la que continuaron llamando Sexi. Después exportaban el pescado, es decir, se llevaba a muchos lugares del imperio, algunos muy lejanos, en donde lo podían consumir sin que se alterara.
Este nombre era debido al río Guadalquivir, al que ellos llamaron Betis y que usaban para comunicar con barco algunas ciudades de la Bética.
Aquí, en el sur, los romanos vencieron al pueblo cartaginés y con el tiempo los habitantes de la Bética se romanizaron, es decir, aprendieron el latín y aceptaron las leyes, la religión y las costumbres romanas.
En la Bética nacieron algunos personajes muy importantes del imperio, como los emperadores Trajano y Adriano, el filósofo Séneca y el escritor Lucano.
Con los romanos aumentaron su tamaño o se fundaron las primeras grandes ciudades de Andalucía. Además de Cádiz (Gades) o Málaga (Malaca) que ya existían fundaron otras como Itálica (junto a Santiponce, en Sevilla), Sevilla (Hispalis), Écija (Astigi) o Córdoba (Corduba) que era la capital de la Bética.
Construyeron templos y vías o calzadas de las que aún quedan restos. Los puentes fueron muy resistentes.
Muchos perduran aún, como el de Córdoba y Utrera. También quedan restos de anfiteatros en Cádiz, Carmona y otros lugares. El acueducto de Nerja es uno de los que mejor se conserva.
La Bética se convirtió en una zona muy próspera pues los romanos supieron aprovechar bien sus recursos.
Seguro que has comido alguna vez bacalao o incluso sardinas-arenques que se compran saladas en las tiendas. Bien, pues esta técnica de conservar el pescado por más tiempo añadiéndole sal la inventaron las personas que vivieron en la Edad Antigua. Hoy seguimos haciéndolo igual.
El pescado lo salaban en las fábricas de salazón, como la que había en Almuñécar, en la provincia de Granada, a la que continuaron llamando Sexi. Después exportaban el pescado, es decir, se llevaba a muchos lugares del imperio, algunos muy lejanos, en donde lo podían consumir sin que se alterara.
LA PREHISTORIA
Las etapas en las que se ha dividido la Prehistoria son dos: el Paleolítico que es la más antigua, cuando el hombre vivía en cuevas y el Neolítico, cuando descubrió la agricultura y la ganadería que le permitía ya vivir en poblados.
a) Época del Paleolítico:
Los hombres primitivos no conocían la escritura, por lo que no nos han quedado textos escritos que nos cuenten cómo vivían o qué cosas sucedían. Lo que sabemos de ellos es por los estudios que se han hecho de los restos encontrados de huesos y utensilios que usaban y también por las pinturas o dibujos que hicieron en las paredes de algunas cuevas.
Hasta hace unos 20.000 años las personas eran nómadas, es decir, no tenían un lugar fijo en donde vivir. Se desplazaban de unos lugares a otros buscando alimento. Cazaban, pescaban y comían de los frutos silvestres que encontraban. Por eso decimos que eran cazadores y recolectores. Se resguardaban en cuevas y utilizaban herramientas como hachas o puntas de flecha que hacían con piedras talladas por ellos mismos.
El descubrimiento de la manera de encender fuego supuso uno de los mayores logros de la Prehistoria porque con el fuego pudieron asar la carne, calentarse y ahuyentar a los animales salvajes.
b) Época del Neolítico:
Cuando más tarde los hombres primitivos aprendieron a cultivar la tierra y a criar ganado, decimos que comenzó el Neolítico. Empezó a desarrollarse la agricultura y laReconstrucción de una vivienda neolítica.ganadería y desde entonces el hombre ya no tuvo que ir de un lugar a otro en busca de alimento, sino que comenzaron a construirse los primeros poblados y los hombres se hicieron sedentarios, o sea, vivían siempre en el mismo lugar, labrando la tierra y cuidando el ganado para alimentarse.
De esto hace más de 6.000 años.
También apareció la cerámica. Hacían vasijas de barro cocido que les servían para guardar el grano obtenido de los cereales o para cocinar.
Construían monumentos funerarios en honor de sus muertos, como el menhir que era una gran piedra vertical y los dólmenes formados por grandes piedras verticales que sujetaban otras horizontales.
Al final de la Prehistoria aprendieron a utilizar los metales con los que hacían herramientas y armas mucho mejores que las de piedra. Los primeros metales que usaron fueron el cobre, el bronce y el hierro.
c) La Prehistoria en España y en Andalucía.
Durante muchos años llegaron a la Península Ibérica gentes procedentes de África y de Europa, pero más tarde, al final de la Prehistoria, vinieron por el Mediterráneo otros pueblos que estaban más adelantados que los que aquí habitaban y que incluso ya conocían la escritura. Eran los fenicios y los griegos. Ellos llamaroníberos a los habitantes de este lugar; de ahí viene el nombre de Península Ibérica.
Como tenían mayores conocimientos que los íberos, poco a poco les hicieron evolucionar y les fueron enseñando muchas de sus costumbres, como ocurrió con la escritura.
En Andalucía existió un pueblo llamado Tartesos en la provincia de Huelva. Es el más antiguo que se conoce.
Los íberos que habitaron aquí eran agrícolas y comerciantes; usaban el hierro y la cerámica. Después, los fenicios y los griegos crearon ciudades que aún existen, como Cádiz (Gades), Málaga (Malaka) y Almuñécar (Sexi). Fueron excelentes comerciantes y empezaron a utilizar las monedas para comprar o vender.
a) Época del Paleolítico:
Los hombres primitivos no conocían la escritura, por lo que no nos han quedado textos escritos que nos cuenten cómo vivían o qué cosas sucedían. Lo que sabemos de ellos es por los estudios que se han hecho de los restos encontrados de huesos y utensilios que usaban y también por las pinturas o dibujos que hicieron en las paredes de algunas cuevas.
Hasta hace unos 20.000 años las personas eran nómadas, es decir, no tenían un lugar fijo en donde vivir. Se desplazaban de unos lugares a otros buscando alimento. Cazaban, pescaban y comían de los frutos silvestres que encontraban. Por eso decimos que eran cazadores y recolectores. Se resguardaban en cuevas y utilizaban herramientas como hachas o puntas de flecha que hacían con piedras talladas por ellos mismos.
El descubrimiento de la manera de encender fuego supuso uno de los mayores logros de la Prehistoria porque con el fuego pudieron asar la carne, calentarse y ahuyentar a los animales salvajes.
b) Época del Neolítico:
Cuando más tarde los hombres primitivos aprendieron a cultivar la tierra y a criar ganado, decimos que comenzó el Neolítico. Empezó a desarrollarse la agricultura y laReconstrucción de una vivienda neolítica.ganadería y desde entonces el hombre ya no tuvo que ir de un lugar a otro en busca de alimento, sino que comenzaron a construirse los primeros poblados y los hombres se hicieron sedentarios, o sea, vivían siempre en el mismo lugar, labrando la tierra y cuidando el ganado para alimentarse.
De esto hace más de 6.000 años.
También apareció la cerámica. Hacían vasijas de barro cocido que les servían para guardar el grano obtenido de los cereales o para cocinar.
Construían monumentos funerarios en honor de sus muertos, como el menhir que era una gran piedra vertical y los dólmenes formados por grandes piedras verticales que sujetaban otras horizontales.
Al final de la Prehistoria aprendieron a utilizar los metales con los que hacían herramientas y armas mucho mejores que las de piedra. Los primeros metales que usaron fueron el cobre, el bronce y el hierro.
c) La Prehistoria en España y en Andalucía.
Durante muchos años llegaron a la Península Ibérica gentes procedentes de África y de Europa, pero más tarde, al final de la Prehistoria, vinieron por el Mediterráneo otros pueblos que estaban más adelantados que los que aquí habitaban y que incluso ya conocían la escritura. Eran los fenicios y los griegos. Ellos llamaroníberos a los habitantes de este lugar; de ahí viene el nombre de Península Ibérica.
Como tenían mayores conocimientos que los íberos, poco a poco les hicieron evolucionar y les fueron enseñando muchas de sus costumbres, como ocurrió con la escritura.
En Andalucía existió un pueblo llamado Tartesos en la provincia de Huelva. Es el más antiguo que se conoce.
Los íberos que habitaron aquí eran agrícolas y comerciantes; usaban el hierro y la cerámica. Después, los fenicios y los griegos crearon ciudades que aún existen, como Cádiz (Gades), Málaga (Malaka) y Almuñécar (Sexi). Fueron excelentes comerciantes y empezaron a utilizar las monedas para comprar o vender.
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